Taranto, la ciudad de los dos mares, ha sido una importante población en el sur de Italia desde tiempos inmemoriales. La ciudad fue fundada por colonos espartanos que transformaron su puerto natural en un lugar seguro para el comercio.
Durante la primera mitad del siglo IV a.C. la ciudad contaba con 300 mil habitantes, que vivían protegidos por una gran muralla de 15 km. En su época, esta muralla fue la más grande de la Magna Grecia. Taranto fue conquistada por los Romanos, por los Normandos, por los Suevos y más tarde por los Borbones, y se convirtió en un importante puerto comercial, y en los últimos tiempos, en un polo industrial. Con la apertura de Ilva y la refinería Eni, Taranto se sumergió en un periodo de terrible contaminación.
Hoy en día, Taranto es la segunda ciudad más grande de Puglia, con más de 190 mil habitantes, y se sitúa en el golfo que lleva su mismo nombre en el mar Jónico. Taranto se extiende entre dos mares, el Mar Piccolo y el Mar Grande, sobre una isla unida a la ciudad por un puente de piedra y el puente giratorio. A pesar de su aspecto industrial, Taranto es una importante base naval, y está dividida en dos partes: el casco antiguo y la ciudad nueva.
El casco antiguo de Taranto
Sobre la isla donde surgía la Taranto griega y romana, el Borgo Antico o zona antigua de la ciudad esconde los monumentos más importantes de la ciudad. El casco antiguo está atravesado por via Cattedrale, donde podemos observar numerosos edificios no siempre en buen estado, callejuelas estrechas y escaleras que nos llevan hacia ambos lados, y que nos dejan entrever cómo era la ciudad hace unos años, un lugar de pescadores y comercio frenético, con intrincadas calles y mucho movimiento.
Justo después del puente giratorio, sobre el canal navegable entre el Mar Piccolo y el Mar Grande, observamos el Castillo aragonés, construido en 1492 por Fernando I de Aragón. El castillo está sobre una estructura anterior al siglo X, y forma una planta cuadrada con 4 torres cilíndricas unidas por cortinas y baluartes.
El Castillo aragonés de Taranto fue reestructurado por los españoles y transformado en prisión en el siglo XVIII. En 1887, el castillo pasó a manos de la Marina, que hoy en día es todavía su propietaria y que abre las puertas del castillo a los visitantes, también en horario nocturno en verano. El castillo está abierto de lunes a viernes, de 9:30 a 11:30, y de 14:30 a 17:30h, y los sábados y los domingos, de 9:30 a 11:30.
En la plaza del Castillo se alza el Palazzo di Città, sede del municipio del Borgo Antico, y el área arqueológica que alberga las columnas dóricas del antiguo templo de Poseidón, el único resto antiguo ajeno al desarrollo de la ciudad. En el centro del caso antiguo, podemos ver la Catedral de 1071, pero que ha sido modificada en varias ocasiones. Su fachada es de estilo barroco, y también la Capilla dedicada a San Cataldo, que custodia en su altar los restos del patrón de Taranto. La nave central tiene un techo de madera del siglo XII. La cripta, nos muestra columnas y frescos bizantinos.
Al norte de la isla, se encuentra la iglesia de San Domenico Maggiore, construida en 1302 en la zona de un templo griego. En el paseo a lo largo del Mar Piccolo, podemos ver los barcos del los criadores de mejillones, y que en la época de recogida, sitúan sus paradas de venta de erizos y mejillones en la calle. A los pies de la escalinata que que lleva a la Plaza del Castillo, está el mercado del pescado en Largo Pescheria, un lugar que otorga a la isla del casco antiguo una atmósfera única, reflejo del gran movimiento pesquero que tuvo años atrás.
La zona nueva de Taranto
La parte nueva de la ciudad, una red de calles regulares en la península, es accesible a través del puente giratorio. El puente giratorio de Taranto se inauguró en 1887, y permite el acceso de los barcos al canal navegable de 400 metros de longitud, entre el Mar Grande y el Mar Piccolo. Justo en la entrada de esta zona de Taranto desde el puente, encontramos una calle con unas vistas increíbles el llamado Corso dei Due Mari, desde donde podremos apreciar el Castillo Aragonés, y el Monumento al Marinero, una gran escultura que representa dos marineros realizada en 1974 por Vittorio di Colbertaldo.
A sólo dos calles, está situado el MarTa, o Museo Arqueológico Nacional de Taranto, inaugurado a finales de 2007 y que contiene hermosos mosaicos, aunque todavía no están todas sus salas abiertas al público. El MarTa es uno de los museos más ricos del sur de Italia, con una amplia colección de la época griega y romana, con mosaicos, tumbas monumentales, cerámicas, objetos de uso cotidiano, joyas y esculturas.
En el atrio del Museo, en la misma entrada, hay una copia de la cabeza de Heracles, un coloso realizado en bronze por Lisipo a finales del siglo VI. Se puede visitar la primera planta, donde podemos ver en las salas 9 y 10 restos de la Magna Grecia, con frisos, frontones y metopas realizadas en carparo.
En las vitrinas de las salas 11, 12 y 13 se exponen los tesoros funerarios del siglo IV al I a.C. En las salas 13, 14 y 15 se exponen estatuas, inscripciones y mosaicos de la época romana, como el mosaico policromo de inicios del siglo II d.C, donde aparecen los grifos, o uno del siglo III d.C. con leones, panteras y tigres. Para más información sobre el MarTa, que abre sus puertas diariamente de 8:30 a 19:30, consultar la web www.museotaranto.org
El Borgo Nuovo de Taranto cuenta también con una amplia calle comercial, que empieza en la verde Piazza Archita, y donde inicia via d’Aquino.